domingo, 2 de abril de 2017

Reseña #45: Nos4a2, Joe Hill

Me imagino que como esta semana no os ha dado por leer el blog, entre otras cosas porque no ha habido entrada, estaréis hambrientos de literatura. Aunque también me imagino que todavía hay lectores interesados en nuestra vida y milagros y que dentro de mi colchón no hay espuma sino billetes de los moraditos… Pero bueno, fantasías aparte, hoy os traigo algo interesante, una novela de vampiros sin vampiros. 

Estaba yo tan confiada después de haberme acabado tres libros seguidos que decidí escoger mi siguiente lectura sin echarle un ojo a la sinopsis, así, a lo loco. Me llamó mucho la atención el título de esta novela, Nos4a2, que parece prometer vampiros y ¿operaciones matemáticas? Cuando iba por la mitad del libro, me di cuenta de mi terrible, terrible error. Si bien aparece alguna criaturita que se puede asemejar, muy de lejos, a los clásicos chupasangres, no hay colmillos, ni brilli brilli ni outfits de diva. Sin embargo, lejos de llevarme una decepción, considero que esta novela fue un agradable descubrimiento, distinto a lo que esperaba pero bastante sorprendente.

Seguro que el nombre del autor, Joe Hill, os suena, ya que poco a poco ha ido subiendo de estatus dentro del género terrorífico, y ojo, que no ha sido solo por ser  hijo del archiconocido Stephen King. De hecho, aunque el escritor admira mucho a su padre, quiso desvincularse del apellido King para ser aceptado en el mundo literario por sus propios méritos y no por un legado familiar. A los 12 añitos publicaron una historia suya en The Bangor Daily News; el propio Joe reconoce que no era muy buena aunque destacaba entre las páginas del diario quizás por el pie: “Joseph King es el hijo del novelista más vendido, Stephen King”. A partir de ese momento el chico de Maine supo que si quería ganarse las habichuelas sin deberle nada a papá tendría que firmar sus obras con un pseudónimo. Joe Hill nace como una forma abreviada de su propio nombre (Joseph Hill King), que a la vez hace referencia al músico y activista sindical de mismo nombre ejecutado en 1915.

Hill hizo algún pinito literario dentro del género de fantasía, pero como parece ser que la cosa no cuajó bien se pasó al terror. En 2005 apareció Fantasmas, una espeluznante colección de relatos cortos que el autor había ido publicando en revistas literarias hasta la fecha. La obra tuvo gran acogida y ganó varios premios, preparando el terreno para la primera novela de Joe, El traje del muerto (2007). El éxito cosechado con esta obra no estuvo nada mal para un autor novel, ya  que escaló hasta puestos muy alto en las listas de bestseller. Ya demostrado que no era del todo malo en lo suyo, Hill hizo pública su auténtica identidad. Años después, en 2010, vería la luz otra novela que fue llevaba al cine con Daniel Radcliffe como protagonista, Cuernos.

Puede que la forma de escribir de Joe Hill recuerde a veces a la de su progenitor, pero lo raro es que algún escritor de novelas de terror no se parezca en algo a King, el gran influencer de lo sobrenatural. El segundo de los niños King tiene un toque personal que no deja indiferente, y es que ya lo dijo su padre en el prólogo El Resplandor, Joe Hill esplende.

Sinopsis

VEN A CHRISTMASLAND
 ¿Qué darías por una entrada válida para toda la vida a un lugar donde cada mañana es Navidad y la infelicidad va contra la ley? ¡No renuncies a lo maravillosos! ¡No renuncies a tus sueños! ¡Buscamos personas ambiciosas a las que les gusten mucho los niños y sin miedo a la aventura!
 Victoria McQueen tiene un don especial para encontrar cosas: una pulsera extraviada, una fotografía perdida, las respuestas a preguntas incontestables. Con su bicicleta puede atravesar un mágico puente que, en cuestión de momentos, la lleva adonde necesita ir, ya sea al otro lado de Massachusetts o al otro lado del país. Charles Talent Manx también tiene su propio don: sabe manejar a los niños. Los lleva a dar un paseo en su Rolls-Royce de 1938 con la matrícula NOS4A2 (Nosferatu). Con su viejo coche puede salir sin problemas del mundo cotidiano hacia las carreteras ocultas que los transportarán al asombroso —y terrorífico— paraíso de la diversión que él llama «Christmasland». Y entonces llega el día en que Vic sale en busca de problemas… y encuentra a Manx.


Bueno, ahora que he leído la sinopsis, me doy cuenta de que en el libro no parece haber muchos vampiros.... Estúpida y sensual portada. Y es que ese Nos4a2 despista. Nosferatu es una palabra que ya empleó Bram Stoker en su Drácula achacándole raíces rumanas. Aunque el origen del vocablo es incierto y parece ser más una creación literaria que otra cosa, desde entonces se ha asociado a esos tipos de colmillos largos.

Y para rellenar un poco de espacio, ¿sabéis que Joe Hill hizo sus pinitos como actor? Cuando tenía 8 años apareció en la película Creepshow de George A. Romero, que fue  escrita por su padre. Parece ser que el ser un showman no encajaba muy bien con el pequeño King y decidió seguir la tradición familiar, al igual que su hermano menor Owen (y su madre, y su cuñada, y puede que su perro), y dedicarse a la escritura.




Reseña

Nos4a2 comienza con un flashback a modo de prólogo que Joe Hill utiliza para presentarnos a Charlie Manx. Aunque todavía no disponemos de muchos datos para atar cabos nos queda bien claro que este tipo al que le gustan tanto los niños es un señor muy malo. 


El libro está divido en varias partes que siguen un orden cronológico, empezando la primera en 1969. La protagonista de la historia es Victoria “Mocosa” McQueen, fan de David Hasselhoff y aficionada a encontrar cosas. Tanto da si es una pulsera, una fotografía, un gato muerto o un pingüino de la suerte, Vic solo tiene que montarse en su bicicleta y atravesar el puente del Atajo para llegar hasta el objeto en cuestión. La verdad es que cuando tienes 8 años esto mola mucho, pero a medida que vas creciendo y en tu mente se impone el pensamiento racional empiezas a plantearte si todo va bien por tu azotea. Esto es lo que le pasa a Victoria cuando cumple unos añitos más; el combo de problemas familiares, dramas de adolescencia y viajes que siguen unas dudosas leyes espacio temporales hacen que se convierta en una chica problemática. Un día, le da una crisis existencial de las gordas y se monta en la bici en busca de respuestas. El puente la lleva hasta Aquí (que no sé si es una broma del escritor o este pueblo de Iowa realmente existe) donde conoce a Maggie Leigh, una friki con una habilidad igual de especial que la suya, puede leer cosas en las fichas de Scrabble. Ella le habla de Manx y de su Espectro.

Mientras la Mocosa pedalea por el Atajo y supera a pelo (bueno, con algo de MDMA) las desgracias de su vida, Manx se dedica a pasear niños en su Rolls-Royce Espectro de 1938 (Nos4a2). Con ayuda del Hombre Enmascarado y un poco de sevofluorano, se libra de los padres y sienta a los retoños en el asiento de atrás, bien tranquilitos para que no le den la tabarra en todo el viaje a Christmasland. Este sitio es la repera, Navidad todos los días, adornos y luces por todas partes, una luna que sonríe, bastones de caramelo gigantes y niños, muchos niños con dientecitos afilados.

Un año de esos, Victoria quiere problemas porque le deben de gustar mucho las matemáticas, así que sale a buscar a Manx con su Atajo. Muy por los pelos y con ayuda de un motorista obeso llamado Lou consigue escapar, pero este episodio la deja bastante tocada del ala. Christmasland la persigue durante toda su vida adulta y no se imagina todo lo que tendrá que hacer para evitar que su hijo acabe de vacaciones permanentes en este lugar.

La Navidad no sólo inspira películas y relatos de amor y prosperidad, también es un buen escenario para sembrar el pánico con algún que otro Papa Noel asesino, esqueletos saltarines y bichejos que hacen dieta hasta medianoche. Joe Hill no ha sido especialmente original en este aspecto, aunque ha sabido aprovecharlo bien, Christmasland puede asustar y mucho. Un punto muy atractivo de la novela es el desarrollo de la protagonista, Victoria, a quien seguimos desde su niñez hasta su etapa adulta. También llama la atención que los personajes no son estereotipos: una heroína poco estable emocionalmente, su amor que padece obesidad mórbida y un malo convencido de que es bueno. El final también sorprende (como no puedo hacer spoiler me lo callaré) pero se hace de rogar un poco para mi gusto, y es que 700 páginas son muchas páginas por muy rápido que se lean.


Os lo recomiendo mucho si os caen bien las chicas que susurran a las fichas de Scrabble y los niños con muchos dientes. Creo que es una novela de terror muy bien ideada, que le da un enfoque diferente a los vampiros y a la Navidad.

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